Le club Marianne, nos llevó a descubrir los secretos de Azul y el inicio de un gran proyecto: La Ruta de La Lavanda

Salimos de Buenos Aires, por la Ruta Nacional 3, ¡manejando entre los camiones que allí circulan hasta Ushuaia! A unos kilómetros antes de llegar a Azul, disfrutamos de un rico almuerzo campestre en la Estancia La Tomasaque data de 1880, luego de visitarla.  Allí conocimos a Luisa Mackern, la dueña, quien nos recibió amorosamente, donde se plantaron recientemente más de 500 lavandas Angustifolias y a Ximena Bengolea, fundadora y presidente de “El Club de la Lavanda” quien nos explicó el proyecto Ruta de la Lavanda. Fue también nuestro primer encuentro con  Dolores Bengolea, Marianne 2020, quien reside en su estancia “Los Manantiales” al sur de Azul, integrante de la comisión Federal quien nos acompañó durante nuestra escapada. 

Antes del check in, hicimos un muy interesante recorrido cultural en la ciudad de Azul. Visitamos la impactante muestra del escultor Juan Bautista Olmedo – Los (in)visibles en el Museo López Claro, La Casa Ronco y su increíble colección de Cervantines y el Museo Squirru, que alberga una valiosa colección de platería mapuche y criolla del siglo XIX. 

El sábado, el día empezó por la visita a un curtidor de cueros de la zona descubriendo paso a paso el proceso de este oficio, seguimos por el taller del escultor Olmedo, en unos de los galpones del ferrocarril y un recorrido por los iconos arquitectónicos de la ciudad de Azul a través de las obras del arquitecto ítalo-argentino Francesco Salomone, el momento al Don Quijote, y el frente del Cementerio. 

Al mediodía, nos fuimos al Paraje Manantiales de Pereda. Allí Dolores, nos recibió con un exquisito cordero asado, acompañado por un festival de sabores en las ensaladas y verduras. Nos invitó a recorrer a pie parte de su propiedad, a través del monte, cerros y campo, luego de una tarde de tertulias junto a Héctor Olivera, productor y director de cine, quien recientemente publicó su autobiografía Fabricante de sueños. 

Por lluvias torrenciales, las actividades del domingo se cancelaron y emprendimos el regreso a Buenos Aires. 

Un viaje inolvidable, donde compartimos, mucha cultura, e interés, creando nuevas amistades, y consolidando entre todas nosotras, lazos muy fuertes a través de la experiencia vivida. 

Gracias Corinne, Dolores y Ximena por haber estado tan atentas en todos los detalles del viaje